No queda la menor duda de que la familia es la célula principal de la sociedad. Podemos afirmar, que representa el primer espacio o ámbito social del ser humano, donde aprendemos los primeros valores, principios y nociones de la vida. Aquellos valores y prácticas que constituyen la base para el desarrollo y progreso de la comunidad o nación.
Además de ser una institución legal reconocida, como grupo social con una base afectiva, se integra por personas identificadas con lazos de amor y un proyecto en común, o por matrimonio, adopción o parentesco. Es aquel único espacio donde nos sentimos confiados y plenos. El refugio donde nos aceptan y festejan por los que somos, sin importar las creencias culturales o religiosas, las condiciones económicas o preferencias sexuales que tengamos. La familia siempre nos cobija, apoya, nos ama y respeta.
A usted que me está leyendo en estos momentos, lo quiero invitar a la reflexión. A que comparta junto a mi sus criterios, opiniones, interrogantes y experiencias, en torno a una serie de aspectos que le propondré para abordar la temática familia. Juntos aprenderemos y trabajaremos para evitar que se den en nuestros hogares, familias disfuncionales.
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